Con cierta ingenuidad se ha creído que estas dos competencias transversales se aprenden en los primeros grados de la educación primaria, de una vez y para siempre. Las investigaciones recientes han aclarado que esto es impreciso. La alfabetización académica –como los especialistas llaman al uso de la lectura y la escritura en la universidad– parte del principio, que este periodo de estudio, normalmente de cinco años, exige un trabajo particular con la cultura escrita, diferente al que se desarrolla en educación primaria y secundaria.
Desde hace por lo menos dos décadas se instauraron en algunas universidades colombianas y latinoamericanas las asignaturas de Redacción y ortografía o de Hábitos de estudio, con la idea de que en estas clases, mágicamente, los estudiantes mejorarían en la comprensión lectora y en la calidad escrita de los textos que usualmente exigen los profesores. Los hechos demuestran que no es así, y que es urgente que todos los docentes de las diversas carreras de las universidades comprendan que es parte de su tarea, enseñar a usar la lectura y la escritura para fines epistémicos, estos es, para elaprendizaje de los contenidos y competencias relacionados con sus materias.
La entrada en la llamada sociedad del conocimiento supone para la universidad dos cambios urgentes: preparar a sus estudiantes en las competencias laborales de un mundo globalizado en permanente renovación de sus problemas y empoderarlos para que produzcan nuevos saberes.
Estos objetivos no se alcanzarán si no se comprende que la lectura y la escritura en la academia son transversales al currículo y no meras habilidades instrumentales de comunicación.
Decir esto último es fácil, pero su manera de concretarlo en programas resulta más difícil y exige adecuarlo a la naturaleza de cada universidad.
En cualquier caso, habrá que diseñar programas de alfabetización académica que contribuyan por lo menos a lo siguiente:
En lectura:
- Desarrollar la lectura estratégica: Aquella que más que parafrasear o dar cuenta de lo que dicen los textos (una habilidad que se debería aprender en el bachillerato), permita usar la lectura para fines más complejos, tales como enfrentar un problema o resolver una situación.
- Favorecer la lectura crítica: Ello implica de parte del lector reconocer las verdaderas intenciones de los autores en los textos, identificar su ideología e intereses, entender las marcas de enunciación y los modalizadores* discursivos.
- Consolidar la lectura para la investigación: Saber consultar en bases de datos, catálogos bibliotecarios y, con criterios, en los buscadores electrónicos de Internet.
- Determinar diferentes objetivos de lectura: Esto implica versatilidad para definir qué se lee y para qué, qué se selecciona y qué no se abordará.
- Usar la lectura para escribir creativa y críticamente: Reconocerse como autor, con puntos de vista propios, que puede poner su voz al lado de otros en un ensayo polifónico, por ejemplo, y que conoce las reglas académicas de enunciación.
- Consolidar el hábito lector: Es clave que los universitarios entiendan que se requiere comprar y leer libros (impresos o electrónicos) de modo constante para adquirir información y consolidar un perfil lector humanista y crítico.
En escritura:
- Romper la idea de que la primera versión de los textos es la definitiva, tal como sucede en la lengua oral. Los textos académicos suponen la elaboración de varias revisiones de un mismo texto, evidentemente con la guía del docente a través de una tutoría honesta, y que busca que los universitarios se conviertan en escritores autónomos (no eternamente heterónomos, dependientes de una voz exterior que valide sus textos).
- Leer ¨gurús¨ académicos para tener modelos de escritores expertos. Un joven es un escritor novato que requiere atender y aprender de modelos de escritores más expertos. Ellos le pueden dar pistas para comprender qué obstáculos tuvieron al escribir y cómo los sortearon.
- Enfrentar la planeación, producción y revisión de los textos típicamente académicos. Adquirir habilidades para elaborar resúmenes, protocolos, relatorías, reseñas, ensayos.
- Prevenir el plagio: Que es resultado de una mezcla de impotencia para producir ideas propias (es más fácil copiar las de otros), del desconocimiento de la legislación sobre derechos de autor y del uso habitual de fotocopias, que dan la idea seudocomunista de que nadie es dueño del saber y que todo es de todos.
- Fortalecer la autoestima: Es clave que los estudiantes reconozcan que es escribir es difícil, pero no imposible si se cuenta con el apoyo de un docente escritor. Que se reconozcan como autores, esto es, personas con identidad intelectual e ideas por aportar a la sociedad.
- Generar cambio congnitivo: La escritura en la historia humana ha cumplido un papel determinante asociado al desarrollo cognitivo. Al escribir, una persona está retándose, en términos de Vygotsky, a superar una zona de seguridad y alcanzar otra más exigente. Escribiendo (no copiando) el estudiante transforma su propia mente y su forma de darle coherencia a la realidad.
En este libro....
Resulta ingenuo suponer que existe un libro total que puedan enseñar a leer y escribir académicamente. En favor del realismo editorial y didáctico renunciamos a ese objetivo y proponemos una alternativa de trabajo que se basa en dos premisas: primero, es necesario introducir a los estudiantes primíparos en las principales habilidades de lectura y escritura requeridas en la universidad; segundo, ofrecer las herramientas básicas para escribir los textos académicos de uso al comenzar una carrera.
Como este es un manual de introducción a la alfabetización académica no aparece la enseñanza explícita de los RAE (Registros Analíticos en Educación) ni la monografía de grado, ni el artículo académico de investigación, que serán abordados en un volumen posterior.
Con las alcances descritos, este libro se divide en tres partes:
- 30 habilidades requeridas para leer y escribir en la universidad. Que incluyen definitorias y actividades didácticas en cinco áreas: competencia lectora, competencias de manejo de información (CMI), producción textual escrita, gramática y ortografía.
- 4 talleres de escritura con textos relevantes en la universidad. Mediante pasos o andamiajes previstos (el concepto es de Jerome Bruner), los estudiantes escribirán procesualmente estos textos de corte académico: resúmenes, relatorías y protocolos, reseñas y un ensayo.
- Glosario. Aquí aparecerán términos técnicos relacionados con la comprensión y la producción textual escrita que se han marcado con asterisco en las páginas interiores, para que los estudiantes los busquen al final: inferencia, cohesión local, intertexto, etc.